La tradición de San Nicolás (Sinterklaas) en los Países Bajos se remonta siglos atrás, los niños esperan con ansia los regalos igual que los nuestros esperan los de los reyes. Cada zona del mundo tiene sus tradiciones, más o menos míticas. Todas evolucionan, para bien o para mal, por ejemplo el Papá Noel se dice que no deja de ser una adaptación del mito de San Nicolás.
Hoy me ha llegado una carta de un niño flamenco, apenado me contaba que tras el desembarco estos días de Sinterklaas en Amsterdam de su vapor que viene desde Alicante y tras montar en en su caballo Amerigo, sus pajes empezaron a repartir entre niños y no tan niños las gustosas galletas especiadas llamadas pepernoten. La tradición también manda que como viene de Alicante, traiga las mejores mandarinas y naranjas de Valencia, pero este año no fue así.
El peque me narraba que este año no sabían tan bien y que su papá le había dicho que en la etiqueta del lazo ponía made in South Africa. Le he respondido ya (por correo electrónico), le he dicho que no se preocupe, que las naranjas de Sudáfrica pueden estar tan buenas como las valencianas, lo que pasa es que como Sinterklaas viaja en vapor, va un poco lento y por eso habrán llegado un poco dañadas.
Sorprendente Jan, «ese es su nombre» me ha respondido con estas palabras.
No entiendo porqué Sinterklaas tiene que traer las naranjas de tan lejos, si cuando viajamos a España y estuvimos en Alicante estaban todos los campos llenos y además estaban buenísimas
¿Qué responder ante esta afirmación?
Obviamente el cuento de Navidad debe continuar, le he dicho que no se preocupe, que seguramente el año que viene, San Nicolás en vez de ir con Vapor irá en un barco más moderno y rápido, quizás en una lancha motora o algo por el estilo. Las tradiciones evolucionan y esta que tanto le gusta a los peques holandeses, flamencos y hasta a algún valón que las cosas buenas nos gustan a todos.
La carta de Jan ha sido muy emotiva, es como un cuento de Navidad y debe de continuar. Es por eso que me permitirá el lector que escriva mi propia carta de Navidad y que la haga pública, si lo habéis adivinado, tratará sobre las naranjas, en este caso de Valencia.
Carta a los Reyes Magos sobre el desastre económico de la citricultura Española
Estimadas Majestades:
En este final de año, me encuentro en una situación un tanto delicada. Veréis, las naranjas y mandarinas que cultivo en Valencia difícilmente se pueden vender. No es solo cosa mía, le pasa a todos los agricultores, tanto aquí en Valencia, como en Andalucía, Murcia, Catalunya…
No por ser algo colectivo estoy más afectado. Me cuentan que la culpa es de la fruta que llega de Sudáfrica, pero no acabo de creérmelo, el sol sale todos los día para los vivos y supongo que en aquella parte del continente también. Todos tenemos derecho a disfrutar de la vida.
Indagando un poco más, pues esto de Internet también tiene sus ventajas, he leído que más bien estos lodo vienen de los polvos surgidos por la firma de un tratado comercial de la U.E con África, por la cual se liberalizaban ciertos sectores. Vaya que algunos europeos exportan coches y neveras y algunos sudafricanos exportan cítricos.
Entiendo que todos tenemos derecho a trabajar, también los de las neveras, pero yo que soy agricultor entiendo que también tengo. ¿No?
Eurodiputados y su sentido de voto
Hace unos años algunos eurodiputados españoles votaron a favor de este tratado o se abstuvieron (Aunque algunos votaron en contra) quiero pensar que fue porque no sabrían lo que nos iba a suceder, claro como están tan lejos y tan ocupados con sus reuniones maratonianas, quizás no tuvieran tiempo para analizarlo todo correctamente.
Actualmente casi todas las cosechas están en el árbol y seguramente se pudrirán en él. Los mercados europeos están inundados de fruta del cono sur, con unos precios con los que parece imposible competir.
Un rayo de esperanza
Estimados Reyes Magos, vosotros quizás seáis mi última esperanza, veréis un conocido mío que se llama Jordi Sebastià me ha comentado que en dicho tratado, si el de las neveras, ¿te acuerdas? existe una clausa llamada de salvaguarda, por la que en caso de que demuestro un efecto extremadamente doloso para algún sector se podría declarar en suspensión la parte que afecta a dicho sector.
Diles por favor a esos eurodiputados que votaron a favor, o que se limpiaron las manos como Pilatos, que quizás se equivocaron y que todavía están a tiempo de rectificar su error.
Diles a los que votaron en contra que ahora nos acordamos de ellos, aunque quizás piensen que es demasiado tarde.
Cuéntale al Presidente del Gobierno español que el es quien tiene la potestad de pedir que esa cosa llamada clausula y que yo como agricultor no entiendo demasiado. Pero que si la activa, será por una causa justa, aunque entiendo que le causará muchos dolores de cabeza. Que haga de tripas corazón y que nos ayude a los humildes agricultores de cítricos a pasar una buena Navidad sentados a la mesa de la misma manera que él la pasará con su familia en Moncloa.
Para este fin de semana hay convocada una manifestación de los citricultores, pero espero que esta carta de Navidad, en voz baja y sin tantos altavoces ayude a cambiar las cosas, aunque no está de más que la sociedad nos escuche en la calle.. Y claro con vuestra ayuda queridos reyes magos…
P.S. Estimados Reyes Magos, no os preocupéis por Jan, ya me encargado yo de que le lleguen las naranjas de Valencia que tanto le gustan
