Los siglos de permanencia de los árabes en Valencia dejaron una huella visible, entre otras actividades, en la gastronomía, por eso decimos que el arnadí es un postre árabe-valenciano, elaborado a partir de productos locales.
Es un postre excelente y muy, muy dulce, afortunadamente la tradición ha situado su consumo sólo en Cuaresma y Semana Santa.
Es común en las comarcas centrales valencianas (La Ribera, la Costera, La Safor…) la ciudad de Xàtiva se atribuye su origen y la receta originaria.
Como suele ocurrir en platos tradicionales y antiguos, la receta presenta algunas variantes que sólo aumentan su interés. Básicamente es un postre de calabaza, azúcar y harina de almendras, al que se le añaden otros frutos secos, canela y corteza de limón rallada como aromatizantes.
En algunos lugares se cambia la calabaza por el boniato, y añaden hasta yemas de huevo, con lo que se consigue un postre súper-energético, que hay que degustar con moderación, y se aconseja tomarlo por la mañana o al mediodía, por la noche puede provocar indigestiones y sueños pesados.
Ingredientes
- 1 kg de pulpa de calabaza (o de pulpa de boniato o mitad y mitad)
- 1 kg de azúcar
- 4 yemas de huevo (opcional)
- 200 g de almendra molida
- Algunos piñones y almendras tostadas enteras,
- Corteza de 1 limón rallada
- 6 g de canela
Elaboración
- La víspera se asa la calabaza (o el boniato), se pela y se le quitan las pepitas y
la dejamos dentro de un saquito de tela blanca colgado, o en un escurridor, con
objeto de retirar toda el agua posible. - Al día siguiente, una vez escurrida y limpia la pulpa se le añade el azúcar, mezclando bien.
- Seguidamente se incorpora harina de almendras y las yemas de algunos huevos (opcional), bien batidas, así como canela en polvo y la raspadura de un limón.
- Bien mezclado todo, deberá quedar una masa fina que se deposita en un recipiente que resista el calor, según la tradición en una cazuela de barro.
- Se decora con almendras, piñones, a veces con nueces, formando figuras decorativas.
- Se introduce en el horno, entre hora y media o dos horas a unos 180 ºC.
Acabado el proceso, hay que dejar enfriar antes de comerlo.
Crédito fotos Pep Roselló